domingo, 31 de marzo de 2024

Filosofía, ciencia y contemporaneidad

 


Cada vez se hace más presente la importancia de los estudios filosóficos en la medida que se dan los avances científicos. En particular ha ocurrido un fenómeno contemporáneo en el cual es difícil separar ciencia y técnica en muchas áreas de lo que vamos conociendo. 1. Pareciera que lo tecnológico es una instancia que convence por su capacidad de generar resultados tangibles al alcance de la mano. 2. Por otra parte, hay una ciencia que avanza en su sentido más tradicional y lento. 3. En otros espacios del conocimiento se enmarañó lo tecnológico con lo científico al punto de parecer una sola cosa. Explicaremos en este texto los talones de Aquiles de cada uno de los postulados anteriores y por qué vemos verdades a medias.

1.Pareciera que lo tecnológico es una instancia que convence por su capacidad de generar resultados. Pongamos un ejemplo sencillo, como el de las comunicaciones. Su espectacular avance ha permitido acortar las distancias entre las personas y muchos promocionan sus negocios a través de las actuales tecnologías digitales. Incluso prácticas abiertamente transgresoras tienen cabida en este espacio. De ahí surge el problema acerca del alcance útil e inútil de este recurso. Acerca a algunos, pero expande las formas de conducta más aberrantes que puedan existir y las populariza al punto de transformarse en modas. Pero el enredo comunicacional no está sólo en enfocarnos en aspectos de alcances éticos (lo cual es importante pero no el único centro del asunto), sino que gran parte del contenido de la información es falsa y la gente cree en estas falacias que propenden a popularizarse. No sólo es un problema ético, sino que, al existir el propósito de modificar creencias, se altera la percepción e interpretación de las cosas más cotidianas. Se trastoca la realidad con la fantasía y la verdad y la mentira ya no son posibles de ser separadas, creando enormes matrices de fingimientos e hipocresías que son la base con la cual opinan millones de ciudadanos en el mundo. ¿Lo positivo supera lo negativo en este caso?

2. Hay una ciencia que avanza en su sentido más tradicional y lento. Es muy difícil poder controvertir los avances de la ciencia. Gracias a los mismos, es posible vencer enfermedades y prolongar la vida de las personas. Sin embargo, y sólo a manera de ejemplo voy a señalar dos aspectos de la ciencia que son potencialmente criticables. El primero es que la verdad científica, así como cualquier producto, tiene sus “patrocinantes”. Esos patrocinadores están interesados en que los resultados favorezcan sus inversiones en la investigación. De ahí podría desarrollarse un potencial sesgo que puede estar presente en la investigación y que va de la mano con el enorme poder que tienen quienes invierten en ciencia. Nuevamente aparece el asunto de la ética y de cómo desde la ciencia contenidamente nos estaríamos cerrando la ventana de opciones que disponemos o, por el contrario, se amplía la misma por intereses creados. El segundo ejemplo es una paradoja que ha dejado boquiabierto al mundo entero. Se trata del caso de las vacunas, las cuales lograron controlar la última pandemia y salvaron millones de vidas. Lo que no hay que perder de vista es que se trata de una práctica científica antiquísima y paradójicamente se encuentra más vigente que nunca. De ahí que avanzar en el plano de la ciencia y de manera extraña, debemos recordar que lo científico también consiste en preservar los manejos más clásicos y tradicionales que ha generado el conocimiento, como sería el caso de generar inmunidad a través de la inyección de partículas vivas o con potencial patológico atenuado, incluso modificado. Las vacunas nos recuerdan el triunfo de lo tradicional.

3. ¿Lo tecnológico con lo científico se enmarañó al punto de parecer una sola cosa? Por lo pronto, así parece. Sin embargo, por un asunto que tiene que ver con los resultados beneficiosos a largo plazo, habría que ver en cuáles casos este enmarañamiento es o no es sano. Lo vemos cuando se altera genéticamente un producto comestible con la finalidad de aumentar su productividad. Se gana en el sentido de que se abaratan los costos para el consumidor, pero no sabemos las repercusiones a largo plazo que esto tiene para la salud. Una de las cosas que más nos llama la atención es la modificación del sabor de los productos del campo con el paso de los años. Pareciera que se van volviendo insípidos y pierden su sabor original. En este caso sólo el tiempo nos dará las respuestas.

Mientras tanto, y solo por una cuestión de disciplina filosófica, estos tres aspectos de la ciencia y la tecnología son susceptibles de ser analizadas desde el saber de los saberes que es la filosofía. Mención aparte merece el análisis de cualquier disciplina que se considere de carácter científico y no es capaz de superar el más elemental análisis epistemológico, que consiste en revisar los elementos que sustentan un sistema de creencias y que le permite que sus postulados sean demostrables. Para interés de la filosofía, hacer análisis de la ciencia y sus debilidades conceptuales sigue siendo uno de los aspectos más clarividentes de los estudios filosóficos. Que así siga siendo.    

 

Santiago, 31 de marzo de 2024.

Publicado en varios medios de comunicación a partir del 31 de marzo de 2024. 

lunes, 25 de marzo de 2024

La filosofía: La base de todo

 


En pocas épocas de la historia la filosofía había sido tan importante y determinante como en la actualidad. Tratar de entender la enorme presencia de la filosofía en la cotidianidad es una cuestión que invita a construir un mundo mejor. Interesarnos por los tópicos asumidos por el pensamiento filosófico, siempre es una invitación para crecer como personas. Tal vez por eso vemos que en ocasiones se intenta acallarla y se trata incluso de minimizar su presencia en los asuntos propios de la contemporaneidad, porque, ante todo, la filosofía propende a cuestionar cosas que asumimos como ciertas cuando en realidad son prejuicios o atavismos malsanos que limitan la posibilidad de vivir mejor.

La filosofía es, ante todo, una invitación a pensar sobre las cosas, tanto aquellas que nos circundan como pensar con relación a nosotros mismos, así como a los variados fenómenos que condicionan los elementos más básicos de nuestras vidas. Existe multiplicidad de caminos y laberintos filosóficos, unos llanos y otros enredados, pero, en esencia, la filosofía es una puerta que conduce a alcanzar la sabiduría, por lo tanto, también es un intento de acercarnos a la posible verdad de las cosas. El pensamiento filosófico tiende a determinar la totalidad de cuanto nos ocurre y eso no lo tenemos claro, en ocasiones porque no queremos verlo y en otras porque tenemos la mala percepción de que la posibilidad de ver con claridad no sirve para nada.

Sólo a manera de ejemplo, señalaré tres asuntos que son una deriva directa de la filosofía. 1. La ética. La moral es la categorización entre lo bueno y lo malo en un momento y un lugar determinado. Lo que desde el punto de vista moral es aceptado en una época, puede cambiar en otra y volver a cambiar en el tiempo. La ética es la rama de la filosofía que estudia y analiza la moral, pero desde una perspectiva universal. Eso representa un gran desafío y de allí derivan muchas luchas de carácter social como por ejemplo el feminismo. En la base de los movimientos reivindicativos más importantes de la historia se encuentra un ejercicio de carácter ético y cuestiona lo que en un momento pudo ser entendido como “malo” o inadecuado.  La totalidad de las luchas sociales tienen en su raíz un ejercicio de ética y eso es una manera de materializar lo filosófico.

2. La política. Toda postura política, sin excepción, tiene en su origen una serie de consideraciones de carácter filosófico que constituye la brújula de lo que se desea alcanzar. La matriz de cualquier postura o dimensión política está labrada de lo más depurado de lo filosófico porque la política es el intento precisamente de llevar las ideas a la práctica. Dicho de otra manera, la política es la creación humana que convierte lo filosófico en hechos tangibles. Sólo para citar un ejemplo, el marxismo (y todas las consecuencias procedentes del mismo) es a su vez un producto derivado del pensamiento de un filósofo alemán de apellido Hegel. La interpretación que se hace de la obra de este filósofo puede tener más de una opción, pero no se puede negar la influencia de su legado en la historia de la civilización.

3. La economía. El hecho de que desde lo filosófico se plantee el tema de las libertades individuales y el de los derechos colectivos hace que al momento de materializar una postura que tenga que ver con el manejo de dinero, se hace imprescindible asumir un camino que marque la ruta a seguir en materia económica. Mientras más libertad hay menos igualdad entre las personas y mientras más igualdad hay menos libertad entre los seres humanos. Esta disyuntiva, que en definitiva solo la soluciona la justicia, es la base que puede permitir entender el problema que se les plantea a los grandes conglomerados al momento de tener que ajustarse a una línea económica. Hay pueblos que han prosperado gracias a la filosofía que respalda las decisiones económicas. Otros se han hundido en la miseria por seguir a pie juntillas los postulados que preconizan. Un tercer grupo tal vez está condenado para siempre a intentar conseguir su destino. Lo cierto es que en decisiones tan pragmáticas como el dinero, lo filosófico está presente.

La ética, la política y la economía, sólo para citar tres ejemplos, tienen postulados filosóficos en sus cimientos que hacen que la vida de millones de personas gire en relación con esas ideas, que son filosóficas y que marcan la totalidad de lo humano. Por otra parte, la ética, la política y la economía tienen que ver una intrínsecamente con la otra y se unen para configurar la cotidianidad de la vida en sociedad.

Por eso, los estudios filosóficos representan la base de cualquier conocimiento. Tratar de abrazar el camino de las ideas nos abre la mente, nos ilumina nuestra postura hacia el mundo y nos permite, si es posible, acercarnos a la verdad de las cosas. Por su carácter clarificador y por haber tanta proliferación de información insulsa, en pocas épocas de la historia la filosofía había sido tan importante como en la contemporaneidad. ¿Cómo no maravillarnos de todo eso que nos regala el estudio de la filosofía?


Santiago, 25 de marzo de 2024.

Publicado en varios medios de comunicación a partir del 25 de marzo de 2024. 

domingo, 17 de marzo de 2024

En agosto nos vemos y otras resurrecciones

 


Volver a García Márquez es siempre reconfortante. A veces, retomo alguno de sus reportajes u ojeo una de sus obras y me divierto. Es casi imposible que no aparezca su nombre en una conversación que gire en torno a la literatura. Incluso la leyenda en relación con lo que pasó mientras escribía Cien años de soledad resuena tanto como la obra, así como su conceptuación de la literatura. Es que el colombiano conquistó el siglo XX con su excepcional legado y sigue sumando en lo que va del XXI. Lo que nunca imaginé de Gabriel García Márquez es que iba a sorprenderme con un texto póstumo, el cual agradezco que se haya publicado, porque la calidad de estas páginas no debía quedar por fuera de la historia de la literatura.

Por una paradoja que sólo va de la mano con lo demencial (en su sentido literario y no literal), Ana Magdalena Bach tal vez sea el más “garciamarquiano” de todos los personajes del escritor y su entrada al universo del arte sigue a pie juntillas la fórmula que preconizaba el premio Nobel: “Tratar de cautivar al lector desde el primer párrafo”, que justo se desarrolla de esta manera: “Volvió a la isla el viernes 16 de agosto en el transbordador de las tres de la tarde. Llevaba pantalones vaqueros, camisa de cuadros escoceses, zapatos sencillos de tacón bajo y sin medias, una sombrilla de raso, su bolso de mano y como único equipaje un maletín de playa. En la fila de taxis del muelle fue directa a un modelo viejo carcomido por el salitre. El chofer la recibió con un saludo de amigo y la llevó dando tumbos a través del pueblo indigente, con casas de bahareque, techos de palma amarga y calles de arena ardiente frente a un mar en llamas. Tuvo que hacer cabriolas para sortear los cerdos impávidos y a los niños desnudos que lo burlaban con pases de torero.” Después de acá no podemos dejar de leer sin detenernos hasta el final.

Ese comienzo es la marca de lo que va a ocurrir y en una orientación propia de quien tiene mucho oficio, cada palabra es artífice de lo más elevado del arte. En la novela En agosto nos vemos, así como ocurre en la totalidad de la obra del colombiano, lo poético y el arte de la narrativa van sumando para hacernos este regalo que no esperábamos. El caribe no sólo se nos presenta de la manera descarnada que tanto conocemos, sino que la atmósfera de lo violento acompaña un erotismo desbordante. Todo esto hace de ese lugar único y mejor por muchas razones, entre las cuales está el hecho de que parte de nuestra experiencia vital ocurrió en esos escenarios que son el nicho de la creatividad de este autor.

Tiene la obra tres elementos clásicos propios de García Márquez: Un comienzo que atrapa, una historia que fascina y un final absoluto. En esta ocasión, el comienzo y el final son de esperar si consideramos la totalidad de la obra del autor. La sorpresa está en la historia en sí, que además de ser totalmente inesperada, tiene elementos transgresores a rabiar que la hacen única dentro de la suma de sus escritos e incluso supera en cuanto a historia a alguno que otro de sus muy conocidos libros. En agosto nos vemos es una novela cuya trama es difícil de imaginar por quien no haya tenido referencias directas del libro y que llega a tener elementos de brutalidad que la hacen inédita en el universo “garciamarquiano”. Es sin dudas y por lejos la obra de mayor contenido erótico del escritor y ese erotismo, que va de la mano con la búsqueda azarosa del placer y la sexualidad fugaz y anónima, hacen que la propuesta sea disruptiva y original.

Un buen comienzo, una buena historia, un excelente final y una manera de contarla que la hace ligera de leer y fácil de entender nos induce a que las personas a quienes les gusta la literatura se lancen de cabeza en estas páginas fascinantes de personajes que son la encarnación de lo mejor y lo peor de lo humano. A la par, como tantas veces nos lo asomó en vida, hay temas que para García Márquez eran de importancia capital, como por ejemplo el amor.

En García Márquez ocurre que cuando trata el tema de lo amatorio pasen varios fenómenos. Puede que nos recree la idea de un amor hiper idealizado, como ocurre en el cuento El rastro de tu sangre en la nieve, que sin dudas se trata de una historia de amor. También puede que desarrolle lo amatorio como en El amor en los tiempos del cólera, en donde pareciera que hay varias maneras de amar. También puede ocurrir como en Cien años de soledad, donde la aparición del único amor de toda la novela pone fin a la estirpe. En el caso de En agosto nos vemos, el trato del mismo tema es muy diferente y se conjuga el realismo mágico y los amoríos desvariados con el pragmatismo al cual tienden los vínculos entre los hombres y las mujeres. En esta novela trata de manera diferente el mismo asunto. Lo trata de forma tan distinta que abre otra vertiente al argumento de lo que representa el amor y por supuesto, el desamor.

Todo esto habla de la gran capacidad del autor de trabajar sobre un mismo tópico de diferentes formas. Tantas como historias de amor contadas. Para el arte literario, se ha sumado un nuevo aporte. ¡Qué fortuna que no se haya perdido este libro y que maravilla haber podido disfrutarlo!


Santiago, 17 de marzo de 2024.

Publicado en varios medios de comunicación a partir del 17 de marzo de 2024. 


lunes, 11 de marzo de 2024

Optimismo redundante y pesimismo banal

 


Es propio del crecimiento humano el asumir una postura en particular hacia la vida. En la construcción de esa postura tienen mucho peso las experiencias personales vividas y los mensajes que hemos recibido desde antes incluso de desarrollar una memoria estructurada y un aparato psíquico. Esa postura nos determina y genera en cada uno de nosotros una predisposición hacia las cosas y crea los juicios y prejuicios que nos caracterizan.   

Optimismo redundante

Un optimismo extremo es una manera de practicar lo superficial y lo vacuo. Quien se arma de una alegría insustancial, llevará una vida bobalicona, jalada por asuntos poco pensados y escaso desarrollo de lo que potencialmente uno puede llegar a pensar. El optimismo que redunda es una manera de desarrollar la vida con ligereza y frivolidad que potencialmente puede llegar a hacer que las cosas sean aburridas y no adquieran el mínimo de intensidad que se podría crear en torno a cualquier cosa.

Pesimismo banal

Como una paradoja perfecta, lo más rancio que podemos encontrar en el otro extremo es conceptuar la vida de manera tal que cada asunto que se nos asome lo veamos en forma refleja con pesimismo. Al igual que el optimista redundante o vacuo, el pesimista banal también cultiva el vacío y aquello que podría tener la magnitud de la tragedia es asumido también con frivolidad y ligereza. De ahí que tanto el optimismo redundante como el pesimismo banal son frívolos, huecos y vacíos.

Calles ciegas, puntos medios y otros desafíos

Si nos descuidamos, o por no poder evitarlo (es lo mismo), podemos ser presas del optimismo redundante y/o del pesimismo banal. Como buenas antípodas, gustan coincidir en lo mismo a pesar de su apariencia aparentemente radical. Si logramos descifrar ciertos entuertos que vienen en nuestras raíces podemos terminar en callejones sin salidas. Cuando sorteamos los problemas vitales, hay espacio para tratar de encontrar puntos medios y puede surgir el desafío supremo de vivir la vida con la mayor intensidad sin hacernos daño. El arte de vivir es una apuesta a existir con plenitud huyéndole a la autodestrucción.  

Huye de ellos

En lo personal, les tengo fobia a las dos maneras de asumir lo vital. Tanto lo pesimista como lo optimista planteado con superficialidad son maneras de cultivar la vileza. Ser ignorante es siempre una forma de representación de lo malo, o, mejor dicho, del mal. Cuando asumimos posturas extremas nos contagiamos de fanatismo y desaparece la posibilidad de pensar, repensar y entender aquello que hacemos y cuanto nos rodea. El sendero vital está lleno de posibles aventuras y espacios con puertas que se abren para la placidez y el goce placentero. Lo superficial es una manera de sabotearlo.  

 


Santiago, 10 de marzo de 2024.

Publicado en varios medios de comunicación a partir del 11 de marzo de 2024. 

domingo, 3 de marzo de 2024

Bola de plomo, grilletes mentales y nostalgia

 


Es grato recordar las cosas buenas que nos han pasado. Los amigos, las aventuras, los viajes, los mundos que hemos creado y ya no existen y aquellos que siguen existiendo. Es imposible no evocar la maravillosa experiencia de habernos adentrado en las profundidades de la feminidad y sobre todo recrear la experiencia amatoria. Visto desde esa perspectiva, una vida ha valido la pena ser vivida en la medida que haya espacios que rescatemos de ella y logremos rememorar con la alegría de quien atesora un pasado existido a plenitud.  

Las maravillosas trampas de la memoria

Lo acaecido se materializa en el atesoramiento de las cosas que hemos vivido, pero falseadas por la memoria. Sin esa alteración del recuerdo, lo vivido se desvanecería y perdería el poder de haber cimentado en nosotros un aprendizaje que vale tanto como tiempo vaya transcurriendo. Los recuerdos son formas de retrotraer experiencias que en realidad no ocurrieron como pensamos. Es posible que un recuerdo se edulcore o se fatalice, pero no permanece intacto. Es parte de esas cosas que forman el mundo psíquico, sobre el cual, en muchos de sus aspectos no tenemos control. Los engaños de la memoria son fabulosos, pero también tienen en su seno el peligro de lo falaz con las repercusiones que conlleva.

La nostalgia y el peso de la vida

Hay una trampa clásica del pasado y es que nos muerda la nostalgia. Una cosa es experimentar lo pasado como experiencia de vida y otra evocarlo con languidez. Ese peligro es propio de lo nostálgico y en ocasiones debemos huir de eso porque contrario a permitirnos avanzar, en la melancolía está el germen de la tristeza y la parálisis porque la belleza enfermiza tiende a indisponernos. Podemos seguir corriendo sólo si no miramos para atrás y si hay que dar la vuelta para ver lo que quedó a nuestro paso es con la finalidad de corregir nuestro rumbo. Se retrocede estratégicamente en esos casos en los que debemos coger impulso para seguir adelante. Si nos descuidamos, el peso de la vida puede llegar a aplastarnos.

No mires atrás

Los grilletes son un arco de hierro, casi semicircular, con dos agujeros, uno en cada extremo, por los cuales se pasa un perno que se afirma con una chaveta (pasador), y sirve para asegurar una cadena a la garganta del pie de un presidiario, a un punto de una embarcación, etc. Si el pasado se convierte en un grillete al que sigue una cadena que se une a una bola de plomo, ese pretérito es malsano y debemos conjurar la alegría de lo vital para deshacernos de él. Sólo se consigue esa fuerza vitalista en el momento en que nos trazamos planes futuros. Sin tener un horizonte hacia adelante, la muerte comienza a vencer a la vida y le da paso a la sensación de vejez, que es una manera de quedar entrampado en los laberintos del alma. La vejez, la enfermedad y la muerte deben ser repelidas con el movimiento vital, que siempre va hacia adelante. La estrategia de movernos forma parte de las argucias y estratagemas propias del arte de vivir. Del buen vivir, en realidad.

Amigos, viajes, aventuras

La amistad es un milagro. Se potencia cada vez que comulgamos en un espacio y un tiempo con aquellos con quienes hemos hecho el viaje de la vida y es un fenómeno que enriquece el alma. He tenido grandes amigos y sigo cultivando la amistad como una de las cosas que más valoro. Sin amigos, la vida puede empobrecerse y la posibilidad de mirarnos a nosotros mismos a través de los ojos del otro se desvanece. Los viajes, que a su vez llevan a la aventura, constituyen la bitácora de lo que nos vamos trazando como meta y nos transportan a lugares desconocidos e incognoscibles que suman agua para nuestro molino personal. El viaje, real o imaginario, siempre es una metáfora, o se puede hacer una metáfora del viaje. En cualquiera de los casos enriquece al sujeto y sin necesidad de abrigar la trashumancia, cada vez que viajamos, se activa la dinámica propia de las grandes aventuras.

La feminidad

El eterno retorno a lo femenino no sólo es de buen tono, sino que nada supera en vitalismo a la experiencia de ir de la mano con el mundo femenino, en donde complicidades y afectos se juntan para invitarnos a lanzarnos de cabeza en un ámbito en donde no tiene cabida lo pesado de la existencia, sino que, en todas las caras de esa dimensión, siempre encontraremos infinidad de sorpresas y aprenderemos a lidiar con áreas llenas de misterio y podemos hacer una componenda a la par de la danza y la carcajada. De esas está hecho el mundo en donde la mujer habita e invita a compartir y fusionar espacios que se vuelven infinitos. Lo femenino y sus variadas expresiones universales y ancestrales suelen ser la mejor puerta de entrada al vitalismo y la perseverancia de quien consigue en la existencia junto a la mujer, una fuente inagotable de satisfacciones. 



Santiago, 03 de marzo de 2024.

Publicado en varios medios de comunicación a partir del 03 de marzo de 2024.