En pocas
épocas de la historia la filosofía había sido tan importante y determinante
como en la actualidad. Tratar de entender la enorme presencia de la filosofía
en la cotidianidad es una cuestión que invita a construir un mundo mejor. Interesarnos
por los tópicos asumidos por el pensamiento filosófico, siempre es una invitación
para crecer como personas. Tal vez por eso vemos que en ocasiones se intenta acallarla
y se trata incluso de minimizar su presencia en los asuntos propios de la
contemporaneidad, porque, ante todo, la filosofía propende a cuestionar cosas
que asumimos como ciertas cuando en realidad son prejuicios o atavismos
malsanos que limitan la posibilidad de vivir mejor.
La
filosofía es, ante todo, una invitación a pensar sobre las cosas, tanto
aquellas que nos circundan como pensar con relación a nosotros mismos, así como
a los variados fenómenos que condicionan los elementos más básicos de nuestras
vidas. Existe multiplicidad de caminos y laberintos filosóficos, unos llanos y
otros enredados, pero, en esencia, la filosofía es una puerta que conduce a alcanzar
la sabiduría, por lo tanto, también es un intento de acercarnos a la posible
verdad de las cosas. El pensamiento filosófico tiende a determinar la totalidad
de cuanto nos ocurre y eso no lo tenemos claro, en ocasiones porque no queremos
verlo y en otras porque tenemos la mala percepción de que la posibilidad de ver
con claridad no sirve para nada.
Sólo a
manera de ejemplo, señalaré tres asuntos que son una deriva directa de la
filosofía. 1. La ética. La moral es la categorización entre lo bueno y
lo malo en un momento y un lugar determinado. Lo que desde el punto de vista
moral es aceptado en una época, puede cambiar en otra y volver a cambiar en el
tiempo. La ética es la rama de la filosofía que estudia y analiza la moral,
pero desde una perspectiva universal. Eso representa un gran desafío y de allí
derivan muchas luchas de carácter social como por ejemplo el feminismo. En la
base de los movimientos reivindicativos más importantes de la historia se
encuentra un ejercicio de carácter ético y cuestiona lo que en un momento pudo
ser entendido como “malo” o inadecuado. La
totalidad de las luchas sociales tienen en su raíz un ejercicio de ética y eso
es una manera de materializar lo filosófico.
2. La
política. Toda postura política, sin excepción, tiene en su origen una
serie de consideraciones de carácter filosófico que constituye la brújula de lo
que se desea alcanzar. La matriz de cualquier postura o dimensión política está
labrada de lo más depurado de lo filosófico porque la política es el intento
precisamente de llevar las ideas a la práctica. Dicho de otra manera, la
política es la creación humana que convierte lo filosófico en hechos tangibles.
Sólo para citar un ejemplo, el marxismo (y todas las consecuencias procedentes
del mismo) es a su vez un producto derivado del pensamiento de un filósofo
alemán de apellido Hegel. La interpretación que se hace de la obra de este
filósofo puede tener más de una opción, pero no se puede negar la influencia de
su legado en la historia de la civilización.
3. La
economía. El hecho de que desde lo filosófico se plantee el tema de las libertades
individuales y el de los derechos colectivos hace que al momento de
materializar una postura que tenga que ver con el manejo de dinero, se hace
imprescindible asumir un camino que marque la ruta a seguir en materia
económica. Mientras más libertad hay menos igualdad entre las personas y mientras
más igualdad hay menos libertad entre los seres humanos. Esta disyuntiva, que
en definitiva solo la soluciona la justicia, es la base que puede permitir
entender el problema que se les plantea a los grandes conglomerados al momento
de tener que ajustarse a una línea económica. Hay pueblos que han prosperado
gracias a la filosofía que respalda las decisiones económicas. Otros se han
hundido en la miseria por seguir a pie juntillas los postulados que preconizan.
Un tercer grupo tal vez está condenado para siempre a intentar conseguir su
destino. Lo cierto es que en decisiones tan pragmáticas como el dinero, lo
filosófico está presente.
La ética,
la política y la economía, sólo para citar tres ejemplos, tienen postulados
filosóficos en sus cimientos que hacen que la vida de millones de personas gire
en relación con esas ideas, que son filosóficas y que marcan la totalidad de lo
humano. Por otra parte, la ética, la política y la economía tienen que ver una
intrínsecamente con la otra y se unen para configurar la cotidianidad de la
vida en sociedad.
Por eso,
los estudios filosóficos representan la base de cualquier conocimiento. Tratar
de abrazar el camino de las ideas nos abre la mente, nos ilumina nuestra
postura hacia el mundo y nos permite, si es posible, acercarnos a la verdad de
las cosas. Por su carácter clarificador y por haber tanta proliferación de información
insulsa, en pocas épocas de la historia la filosofía había sido tan importante
como en la contemporaneidad. ¿Cómo no maravillarnos de todo eso que nos regala
el estudio de la filosofía?
Santiago, 25
de marzo de 2024.
Publicado en varios medios de comunicación a partir del 25 de marzo de 2024.